#Editorial
𝐌𝐚𝐫𝐜𝐚 ‘𝐓𝐮𝐧𝐣𝐚 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐨𝐫𝐢𝐠𝐞𝐧’: 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐧𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐲 𝐬𝐢𝐧 𝐫𝐮𝐦𝐛𝐨 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐨


La socialización que hizo la Administración Municipal, a mediados de esta semana, sobre los avances en la implementación de la marca ciudad ‘Tunja Ciudad de Origen’, dejó a la vista que, tras más de siete años desde su creación, no ha evolucionado en lo más mínimo, y hoy representa más una carga que un beneficio para los intereses de Tunja y quienes la habitan.
Es que la exposición hecha ante el Concejo se centró específicamente en explicar el porqué se seleccionó esta marca en vez de otras, tal y como se hizo desde diciembre de 2017, por lo menos una vez al año. En cambio, la socialización sobre las acciones implementadas para su posicionamiento, así como para potenciar el provecho que puede tener para el municipio, ha sido nula.
Pero antes de entrar a explicar el porqué de tales señalamientos, es preciso advertir que la escogencia de esta marca parte de una base poco ambiciosa, timorata, y hasta rácana con las virtudes y potencialidades de la ciudad, pues se dijo que en su momento se descartó ‘Tunja, ciudad universitaria’ porque la ciudad carecía, y aún carece, de tarifas diferenciales para estudiantes en el transporte público, así como de oferta de vivienda para este mismo grupo poblacional, situaciones que pudieron revertirse con simple voluntad y gestión por parte de la Administración Municipal, que ha tenido el paso de tres alcaldes sin que nada de eso haya cambiado.
Igualmente se explicó la causa del descarte para usar una caracterización realmente icónica y conocida, o cuando menos escuchada, por todos los que habitan la ciudad: ‘Tunja, ciudad de tesoros escondidos’. La explicación para ello es que si viene un turista y le pregunta a un tunjano por los tesoros escondidos, lo más habitual es que no sepa dar respuesta. Situación que podría solucionarse fácilmente educando a la población local sobre los tesoros que esconde su territorio, tanto materiales como inmateriales.
Tesoros que no son pocos, que como los de casi cualquier otro territorio, se sostienen más en la narrativa popular que en el verdadero valor del objeto o espacio a mostrar. Tal es el caso de la “Leyenda de El Dorado”, que es explotada no solo por Guatavita, sino por un sinfín de territorios dedl continente americano. Acá, en Tunja, aún con el relato ya conocido del Pozo de Hunzahúa, no se le ha sabido sacar provecho a dicha leyenda.
Otro relato riquísimo en historia es el de la proyección hecha por Simón Bolívar desde el Alto de San Lázaro para materializar el triunfo en la Batalla del Puente de Boyacá, narración mayoritariamente desconocida por los habitantes de la ciudad, pero de gran valía para el municipio.
Otros tesoros menos difusos y más apreciables a simple vista están al interior de la Iglesia de Santo Domingo, donde reposan decenas, sino es que cientos, de obras de arte hasta hoy ocultas y desapercibidas para los mismos tunjanos, las cuales podrían ser expuestas como si de un museo se tratase.
En esa misma línea, en la de lo indudablemente plausible, no se puede pasar por alto el tesoro, evidentemente escondido para cualquier turista, que representan manjares propios de la ciudad, como es el caso de la sopa dulce, el masato, la chicha y las arepas, así como los característicos e inconfundibles sabores de emblemáticos restaurantes como El Maizal y El Palacio de la Gallina, que indudablemente hacen parte de la cultura y del arraigo de la ciudad, que podrían ser toda una experiencia para cualquiera que llegue de otras partes del mundo.
Es más, la historia de Tunja no se cuenta solo con batallas, piedras antiguas o arquitectura. Se escribe también con las palabras, ideas y acciones de hombres y mujeres que transformaron la ciudad y dejaron su huella en Colombia. Que se dilapide la oportunidad de explotar museológicamente invaluables tesoros como la Casa Eduardo Santos o la Casa Juan de Castellanos, es otra diferente. Al igual que se desperdicia la oportunidad de explotar narrativa y turísticamente los cuantiosos callejones escondidos, visibilizados en tiempos recientes gracias al interés genuino de ciudadanos orgullosos de su ciudad,
Se dijo también, en aquella sesión, que los tesoros escondidos suelen relacionarse con túneles subterráneos a los que no hay acceso, razón misma por la que no se lleva a los turistas a conocerlos. En ese sentido, habría que decir que la marca ‘Tunja, ciudad de origen’, se sostiene en el hecho de que Tunja sea la ciudad de origen de la educación en Colombia y del trigo para la elaboración del pan, más allá de que a ningún turista se le lleve a conocer el Colegio de Boyacá o el barrio Trigales.
Pero dejando de lado los criterios de selección de la marca, y retomando el balance sobre lo que han sido estos más de siete años de su existir, resulta necesario enfatizar que hasta hoy la marca ‘Tunja, ciudad de origen’ no le ha representado ningún ingreso al municipio, en cambio sí costos; no ha beneficiado a ninguna empresa o producto propio de la ciudad, es más, no puede ni siquiera endilgársele que haya atraído cuando sea a un solo turista, pues tampoco hay mediciones sobre ello.
Y a todo esto se suma el pobre proceder de la actual Administración Municipal para retomar esta marca ciudad luego del total abandono al que la sometió el gobierno de Alejandro Fúneme. Resulta que hoy la estrategia es fabricar unos botones que difícilmente alguien usará, a la vez que se imprimen unos pasquines con información excesivamente limitada y básica sobre lo que es la ciudad, que muy posiblemente terminen siendo utilizados para madurar aguacates y limpiar vidrios, si es que los reparten; y el plan de crear un sello para estampar productos de emprendedores locales, acción que resulta limitada para todo el deber ser de una marca ciudad, pues va a ser difícil que alguien compre un producto simplemente porque diga ‘Tunja ciudad de origen’. Eso es como creer que alguien compra un producto porque trae un sello que dice ‘Siente a Cali’.
Así las cosas, es necesario que la Administración le dé un vuelco de 180 grados a su estrategia, que se asesore de marcas de ciudad o departamento que si han tenido éxito, como ‘Soy Boyacá’ o ‘Medellín, aquí todo Florece’, o en su defecto abandonar con dignidad la idea de promover una marca ciudad que no representa al territorio y que es desconocida e inexplicable para la mayoría de quienes lo habitan, que hasta hoy la perciben más bien como ‘Tunja, ciudad del despilfarro’.
#Opinión #Tunja #Política
𝐄𝐥 𝐝𝐢́𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐥 𝐂𝐨𝐧𝐜𝐞𝐣𝐨 𝐥𝐞 𝐝𝐢𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐞𝐫 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐮𝐚𝐥


𝑷𝒐𝒓: 𝑫𝒂𝒏𝒊𝒆𝒍 𝑻𝒓𝒊𝒗𝒊𝒏̃𝒐 𝑩𝒂𝒚𝒐𝒏𝒂
Un par de sesiones suspendidas y aplazadas por falta de quórum no pasaron desapercibidas por la opinión pública. Tuvo entonces la mesa directiva del Concejo que salir a dar explicaciones por la conducta ausentista que se hizo repetitiva a inicios de este mes.
El pretexto para esta situación, que fue percibida por alguna parte de la ciudadanía como falta de ganas para trabajar, es que ahora el Concejo se propone dar inicio puntualmente a sus sesiones, cosa que no ha ocurrido nunca en la historia de esa Corporación, y que no ocurrirá.
La primera de las sesiones aplazadas por conveniente falta de quórum fue la del pasado 3 de abril, día en que se tenía prevista la socialización del proyecto del frigorífico, teniendo como invitados al contratista y la Secretaría de Fomento Económico y Servicios Públicos, quienes ya lo habían hecho días atrás (https://www.facebook.com/share/v/1ARoGwXdZE/); y a miembros de la comunidad de la vereda de Chorro Blanco, que en la anterior ocasión no fueron partícipes de la sesión, más allá de que tienen reparos sobre la arbitrariedad que hubo a la hora de la escogencia del terreno para llevar a cabo este proyecto, así como por los posibles impactos ambientales que este frigorífico podría tener para el sector, y especialmente para importantes fuentes hídricas del departamento.
Desconozco si dicha ausencia se debe a que no les invitaron a la sesión, o simplemente a que decidieron no ir. Pero, a propósito de invitaciones no enviadas, es válido recordar que el pasado 2 de abril, día en que se socializó la actualización del PGIRS, la mesa directiva “olvidó” invitar a Urbaser, empresa a la que luego acribillaron casi que por unanimidad, más allá de que el problema del relleno sanitario de Tunja va muchísimo más allá del manejo que tiene el actual operador (https://www.facebook.com/share/p/1BjithRMmg/), aprovechándose de la comodidad de endilgar responsabilidad y cuplas totales a quien no puede dar a conocer su versión de la historia.
La segunda de las sesiones aplazadas por conveniente falta de quórum fue la del pasado 7 de abril, día en que se socializaría el estado actual de las acciones populares que cursan contra el municipio, de las cuales cabe decir que son el origen y el motor de las pocas obras que ha venido entregando la Administración Krasnov ¿Será que los concejales no querían enterarse de la centenaria cifra de acciones populares pendientes por cumplir? ¿Será que los concejales no querían que la ciudadanía se enterara de dicha cifra? ¿O de los pretextos absurdos del municipio para incumplir órdenes judiciales? ¿O de los incidentes de desacatos abiertos? ¿O de la escandalosa cifra de demandas perdidas?
Lo cierto es que este par de sesiones no se dio por el impulsivo propósito de ser puntuales, cuando esa Corporación jamás ha podido ser puntual. Cualquiera que alguna vez se haya atrevido a llegar a tiempo podrá dar fe de esto, pues lo que suele encontrarse la persona que ingenuamente asiste con puntualidad al recinto del Concejo, es una puerta cerrada y luces apagadas.
Más curioso todavía es que para las sesiones en que se debatió de forma fugaz la adición de recursos por superávit, se llegó a esperar incluso por más de una hora a los cabildantes, pues esas sesiones no podían quedarse sin trámite por falta de quórum, porque así lo determinó el mesías de Saratov.
Claro está que este pretexto patético del supuesto interés por ser puntuales, es solo uno de los recursos utilizados por la actual mesa directiva del Concejo para negar la discusión pública sobre asuntos de interés general, mientras se aparenta democracia.
El abanico de “jugaditas” es diverso, pasando por las prolongadísimas esperas a las que se somete a ciudadanos que pretenden participar de las sesiones, o, por el contrario, esos impulsivos arrebatos de caballerosidad para permitirles hablar antes de la exposición principal, ya sea de la Administración Municipal o de algún tercero con necesidad de rendir cuentas públicamente, justamente cuando se ha advertido la ausencia en el recinto de los inscritos para participar. Entre el rico repertorio de mañas camufladas de democracia está la de contratar una oficina de comunicaciones que no comunicada mayor cosa, para aparentar transparencia, más allá de que la información que se comparte desde dicha oficina es imprecisa o incluso falsa, propiciando la imposibilidad de que los medios de comunicación y la ciudadanía misma asista y conozca de primera mano los asuntos de interés general. Luego los concejales se quejan que porque la ciudadanía no está bien informada de lo que ocurre en el recinto, pasando por alto que el ejercicio de comunicación que se hace es pobrísimo. Y ni hablar de la postura excesivamente complaciente, garantista y hasta proteccionista que dio a funcionarios de la Administración Krasnov, notablemente carentes de idoneidad para dar cuentas a la ciudadanía sobre las dependencias que lideran.
𝗔𝗱𝗲𝗻𝗱𝗮: Otra situación que dejó muy mal parada a la actual mesa directiva del Concejo fue la del abandono de la sesión dedicada a conocer el informe para la atención a violencias de género, para ir a posar ante las cámaras y ser partícipes del show del SoyuzGosTzirk de la entrega de implementos para reforzar la seguridad de Tunja.
#Opinión
𝐋𝐚 𝐚𝐮𝐭𝐞́𝐧𝐭𝐢𝐜𝐚 𝐥𝐢𝐛𝐞𝐫𝐭𝐚𝐝


𝑷𝒐𝒓: 𝑪𝒂𝒓𝒍𝒐𝒔 𝑨. 𝑽𝒆𝒍𝒂́𝒔𝒒𝒖𝒆𝒛-𝑪𝒓(𝒓) 𝒅𝒆𝒍 𝑬𝒋𝒆́𝒓𝒄𝒊𝒕𝒐 𝑵𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝑪𝒐𝒍𝒐𝒎𝒃𝒊𝒂 - 𝑪𝒂𝒗𝒆𝒍𝒂𝒔𝒒2@𝒐𝒖𝒕𝒍𝒐𝒐𝒌.𝒄𝒐𝒎
Sobre la libertad han hablado filósofos, antropólogos, sicólogos, sociólogos, poetas, políticos, etc. Es que la libertad es un tema inagotable porque habiendo recibido de lo alto el don de la libertad, todos los seres humanos, consciente o inconscientemente, anhelamos ejercitarlo para ser felices.
Y para ser felices es esencial descubrir que toda persona, por ser relacional o social por naturaleza, tiene vocación al amor en el sentido amplio del término. Es decir, todos estamos hechos para darnos a los demás y así alcanzar diferentes cotas de felicidad proporcionales al amor que libremente demos y acojamos. Así pues, podemos colegir que para que nuestra vida sea lograda (o feliz), su sentido lo encontramos en todo aquello que nos ayude a llegar al último fin que no es otro sino el Amor (con mayúscula), es decir Dios.
Sin embargo, algo comprobado a través del tiempo es que todos podemos equivocarnos en el camino para ser realmente libres y, por ende, felices. Pero también está comprobado que las equivocaciones se pueden corregir al entender que lo contrario al amor, o sea todo lo relacionado con el odio y el egocentrismo es fuente de infelicidad y conduce a una vida total o relativamente frustrada. En este sentido la vida es un constante ensayo y error en la búsqueda de la felicidad.
Ahora bien, la libertad como tema fundamental para la vida humana ha sido interpretada de tres maneras complementarias entre sí. La primera es la de la libertad como la capacidad de elegir entre cosas de poca o mucha importancia: entre tipos de alimentos a consumir o entre ser honesto administrando los recursos públicos o robármelos, donde elegir robar es una perversión de la libertad pues puedo terminar en la cárcel. Así pues, la libertad de elegir es real si está ligada al bien.
Pero para que la libertad de elegir sea más completa debe tener una orientación, un “para qué”. Vivir simplemente yendo por la vida eligiendo entre muchas cosas, cambiando continuamente, es un ejercicio insuficiente de la libertad. En cambio, cuando elijo en coherencia con el sentido que le quiero dar a mi vida, ejercito de forma más completa mi libertad. Hay quienes ven las obligaciones o deberes como asuntos opuestos a la libertad, pero en esto falta una concepción más densa de la libertad. De esta manera surge entonces la segunda interpretación de la libertad que complementa la de elegir: la “libertad para”. Al salir de la cárcel un exconvicto seguramente pensará que ¡por fin! ha recuperado su capacidad de elegir, pero si no ha concretado un “para qué” coherente con su fin en la vida, es un hombre con una libertad pobre.
Es que para arribar a la libertad auténtica hay que sumarle a la “libertad de elegir” y a la “libertad para”, una tercera interpretación proveniente del filósofo Walter Benjamin: la “libertad from” (o de uno mismo). Esta se relaciona con los obstáculos interiores que se oponen a mi libertad atravesándose como vaca muerta en el camino para llegar a mi fin último. Y de estos cabe destacar la ambición de poder, la vanidad, el consumismo, la sensualidad, los vicios y adicciones como el alcoholismo o la drogadicción etc. Son cadenas que me atan o frenan en el camino hacia mi último fin, contra las que hay que luchar toda la vida. Por esta razón es preferible privilegiar el autodominio sobre la autonomía en la formación personal.
Dicho lo anterior, la principal dependencia a la que todos estamos expuestos es el egocentrismo en distintas formas. Y a este respecto conviene traer a colación los cuatro tipos de egocentrismo planteados por un sicólogo cuyo nombre se me escapa. 1º Nerón: busca imponer su voluntad a toda costa. Quizás oye, pero no escucha. 2º Estrella: piensa que es el centro del mundo y vive esclavo de los aplausos y alabanzas. 3º Cenicienta: es la única persona en el mundo que sufre, nadie la quiere ni comprende. Se queda en su drama sin darse cuenta que hay muchas personas que sufren mucho más. 4º Tortuga: se encierra en su cómodo caparazón olvidándose del mundo.
Ser auténticamente libres no es pues fácil, pero tampoco imposible.
#Editorial
𝐔𝐧 𝐀𝐥𝐜𝐚𝐥𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐚𝐡𝐨𝐠𝐚 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐛𝐚𝐬𝐮𝐫𝐚


En Tunja apesta a crisis de basuras y el único que no se ha dado cuenta es el Alcalde. O más bien, no ha querido darse cuenta, pues seguramente su estrategia para abordar esta problemática es la de culpar a un tercero y lavarse las manos, como ya se visto es costumbre de este indolente mandatario.
En 2010, cuando se modificó la licencia ambiental que permite la operación del relleno sanitario de Pirgua o Parque Tecnológico Ambiental de Pirgua, se proyectó una vida útil de 45 años y una capacidad de almacenamiento de 2.618.511 toneladas de desechos. Hoy, cuando se supone tendrían que restarle 30 años de vida útil al relleno, se dice que le quedan cuando mucho 7 años, y ese es un cálculo demasiado optimista, pues desde la misma Administración Municipal estiman que sería menos https://www.facebook.com/share/v/1AHqPBLGnP/). Valga decir que estos cálculos suelen ser más optimistas de lo que luego resulta ocurriendo, pues no sobra recordar que en mayo de 2023 se estimaba una vida útil restante de 11,5 años (https://www.facebook.com/share/v/1X6f33bXoQ/), y hoy, la versión oficial dice que son 7,2.
Es más, el panorama podría ser todavía más desalentador, pues según la información más reciente que reporta Urbaser en su página web, que corresponde a agosto de 2024, en el relleno de Pirgua se estaba haciendo la disposición de 18.876 toneladas en promedio al mes por parte de 121 municipios. El dato de toneladas que hoy se llevan al relleno sanitario de Pirgua no se conoce, pues a Urbaser no se le invitó a la reciente sesión que se hizo en el Concejo para conocer el informe de actualización del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos. Así las cosas, hubo mucho dato técnico que quedó en el aire, y la discusión pública se hizo en gran medida sobre supuestos.
Lo que es un hecho es que la cantidad de municipios que hacen uso del relleno hoy es superior, en total 126, entre los que estaría Chiquinquirá, más allá de que Urbaser dijo hace unos meses que los residuos de este municipio no se estaban llevando al relleno de Pirgua (https://www.facebook.com/share/p/194St4LPSo/), pues la información cargada al Sistema Único de Información de la Superintendencia de Servicios Públicos da cuenta de lo contrario (Ver tabla 1).
En todo caso, con o sin Chiquinquirá, el caso es que al relleno de Pirgua están llegando 18.876 toneladas en promedio al mes, es decir, unas 629 al día, aproximadamente. Eso está muy por encima de la capacidad estimada en la licencia otorgada a este relleno, que proyectaba un máximo de 500 toneladas al día, y en caso de lo contrario, requeriría de ser ampliado.
Sobre esto último resulta necesario hacer hincapié en el pronunciamiento de la Administración Municipal, que, en medio de la referida sesión del Concejo, señaló que no existe proyección sobre una ampliación, sino que el único plan a seguir es el de exigir a Urbaser que implemente herramientas y tecnologías que permitan mejorar el aprovechamiento. Eso es absolutamente necesario, pero no deja de ser una postura cómoda de un gobierno municipal y un Alcalde que opta por el mínimo esfuerzo y el facilismo, en detrimento del bienestar de sus habitantes.
De acuerdo a lo expresado ese día por la secretaria de Medio Ambiente, Nataly Callejas Rodríguez, Tunja no tiene alternativa para negarse a recibir los residuos de los 126 municipios que hoy lo hacen, puesto que, de negarle esa posibilidad a alguno de los 126 municipios, o a cualquier otro que por cercanía necesite de tal servicio, se expone a sanciones por parte de la Procuraduría. Y ese parece ser el caballito de batalla de la Administración Krasnov para lavarse las manos y no hacer nada para detener la inminente emergencia que vivirá Boyacá, antes de 2030, a menos de que se haga algo de inmediato.
“Cuando les manifestaba que a nosotros como municipio nos convocaron, como convocaron a otros municipios, el señor Alcalde asistió; se manifestó desde Tunja pues nuestra preocupación (sic) con la disposición de estos residuos, pusimos en conocimiento de la Procuraduría todo el tema de esas dificultades por las que está atravesando Tunja. Sin embargo, en una balanza cuando un prestador del servicio y una autoridad ambiental siguen manifestando que hay la posibilidad de seguir teniendo el relleno con una vida útil más amplia, que es la vida útil que ya nos daría una emergencia para poder a llegar a cerrar las puertas; la Procuraduría es clara en insistir en que nosotros como municipio no podemos restringir en nuestra área, en nuestro territorio que se dé esa disposición final, pero pues esto fue una decisión de la Procuraduría”, manifestó Callejas Rodríguez en medio de la sesión.
Como quien dice, Tunja solo puede cerrar las puertas a los demás municipios cuando la emergencia sea inminente, y mientras tanto tendrá que seguir agachando la cabeza ante una Procuraduría General de la Nación aparentemente indolente y arbitraria, que somete solamente a Tunja a cumplir las normas, pero no a ninguno de los otros 125 municipios que hacen uso del relleno.
En este punto, habría que preguntarse por qué la Administración Krasnov no hace uso de alguno de los 20 abogados por metro cuadrado que dice el Alcalde que hay en la ciudad, de los cuales hay decenas contratados en su gobierno, para hacer frente a un sometimiento a todas luces arbitrario, pues algo que hay que advertir es que todos esos municipios que traen sus basuras a Tunja están incumpliendo lo pactado en sus propios PGIRS, y lo dispuesto vía sentencia de acción popular, para garantizar un mayor grado de aprovechamiento de los residuos, y de esa manera la disminución de lo que se trae a Pirgua.
Según la citada sentencia cada año dichos municipios deben disminuir en un 5% la cantidad de residuos sólidos que depositan en el Parque Ambiental de Pirgua, y lo que viene ocurriendo es todo lo contrario, los residuos van en aumento. Así las cosas, ¿Por qué ha de ser Tunja el único territorio que se debe someter a la normatividad? ¿No tendrían que estar los jurídicos de la Alcaldía interponiendo cuanto incidente de desacato haga falta para hacer respetar el territorio?
Lo cierto es que la postura cómoda del municipio y de sus 12 apóstoles del “control político” es la de responsabilizar exclusivamente a Urbaser, cuando la Administración Municipal no hace el más mínimo esfuerzo por contrarrestar la postura abusiva de los demás municipios, que a pesar de su incapacidad para cumplir con lo pactado, resultan premiados con la posibilidad de seguir trayendo cuantos residuos gusten al relleno más explotado del centro oriente del país.
Pero en honor a la verdad hay que advertir que Urbaser no es el único culpable, como malsana e indebidamente quiso hacer ver la Administración Municipal y el Concejo, que ni siquiera se dio a la tarea de invitar a la mencionada empresa a la sesión en la que se dedicaron a responsabilizarla de todos los males ambientales de la ciudad.
En ese sentido, lo primero que cabe aclarar es que en el relleno sanitario se tendrían que disponer únicamente los residuos no aprovechables, pero eso está lejos de ocurrir de acuerdo a lo que se ha determinado en el PGIRS de Tunja, que limita las condiciones de competencia para que haya más de un operador para las labores de disposición de residuos, que no tendrían que limitarse únicamente al enterramiento de los mismos, sino que tendrían que apostar a ampliar el manejo de los residuos a través de plantas de aprovechamiento de orgánicos y de plantas de transformación o acopio de material reciclado.
En Tunja lo que ocurre es todo lo contrario, se ha dispuesto de unas condiciones de competencia en el mercado para que las empresas encaminadas a las labores de aprovechamiento y transformación tiendan a desaparecer. Es que de las 14 que existían en 2021, hoy solo quedan dos, que además tienen que soportar la competencia desleal de un par de empresas de Sogamoso, que de la noche a la mañana entraron a prestar el servicio en Tunja, y que estarían reportando cifras irreales, configurándose así una estafa a los más de 77 mil usuarios del servicio que tiene la capital boyacense, todo esto con el guiño de un despreocupado mandatario que ni por enterado debe estar.
No es que el PGIRS no contemple la libre competencia, sino que plantea unas condiciones que propicia un escenario competitivo supremamente desigual, lo que a su vez hace que sea imposible de cumplir las metas y proyecciones de manejo de residuos orgánicos, que representan alrededor de un 65% de lo que llega al relleno de Pirgua.
Si Tunja contara con una planta de aprovechamiento de orgánicos se acabarían dos problemas: la contaminación por lixiviado y la disminución de enterramiento de, aproximadamente, el 65% de los residuos que hoy se entierran en el relleno de Pirgua. Otra solución, que tampoco parece gustar a la Administración Krasnov, es la de apoyar e impulsar a las Empresas de Clasificación y Aprovechamiento (ECA), que son las que cuenta con el aval de la Superintendencia de Servicios para hacer el manejo de material reciclable.
En Tunja solo quedan dos de estas empresas, a las cuales la Administración Municipal viene dándoles la espalda y negándoles el acceso a unos recursos que por normatividad les corresponden.
Si desde el Gobierno Municipal se apoyaran las iniciativas de aprovechamiento y transformación de residuos, al relleno sanitario llegaría apenas un 20% del volumen de residuos de lo que actualmente se maneja. Es decir, potenciar a estas empresas no solo le garantizaría tiempo de vida útil al relleno, sino una oportunidad de subsistencia a decenas o cientos de familias, a la vez que una oportunidad de negocio para el municipio.
Si la tarea se hiciese bien, Tunja pasaría de enterrar cerca de 19 mil toneladas, a hacer lo mismo pero con solo 3.800. Pero lo primero para ello es permitir y propiciar el fortalecimiento de las ECA, a las cuales, como se dijo anteriormente, se le vienen negando recursos que por norma les corresponde.
A los 77 mil usuarios del servicio de aseo, se les cobra un incentivo de tratamiento y aprovechamiento, que hoy se acumula en cuentas de la Administración Municipal, en detrimento de las empresas que podrían verse fortalecidas con dichos recursos, a quienes siempre se los niegan bajo el supuesto de que no cumplen con los requisitos para acceder a estos de acuerdo a los proyectos que presentan, pues para la Administración Municipal estos proyectos tienen que ser en esencia perfectos, o cuando menos ese es el pretexto para negar estos recursos. Inexplicablemente, la postura del municipio es la de negar los referidos dineros bajo ese entendido, en vez de facilitar herramientas y condiciones para mejorar esos proyectos. Hoy, en esas cuentas, se acumulan más de 2.000 millones de pesos, mientras que las empresas de aprovechamiento se quiebran.
A ese complejo panorama, se le suma la llegada de un par de empresas de aprovechamiento provenientes de Sogamoso, a las que la Administración Municipal les brinda, inexplicablemente, mejores condiciones para competir; y las cuales están reportando toneladas que no están en capacidad de manejar por simple carencia de recursos tanto humanos, como técnicos y de infraestructura (https://www.facebook.com/share/v/14wfrSQpnRZ/).
Así las cosas, el desalentador panorama termina de convertirse en tragedia con la postura facilista de la Administración Krasnov de resignarse ante las disposiciones respaldadas por la Procuraduría, aparentemente de forma arbitraria, que llevarán a Tunja y toda Boyacá a sufrir una crisis sanitaria y ambiental antes de que termine esta década, a no ser de que el manejo que se le da a los residuos de un vuelco total e inmediato, cosa que parece no ocurrirá, pues los encargados del control decidieron alinearse con esta postura mediocre y facilista, digna de la Tunja que conecta con el desgobierno.
#Opinión #Tunja
𝐒𝐨𝐲𝐮𝐳𝐆𝐨𝐬𝐓𝐳𝐢𝐫𝐤


𝑷𝒐𝒓: 𝑫𝒂𝒏𝒊𝒆𝒍 𝑻𝒓𝒊𝒗𝒊𝒏̃𝒐 𝑩𝒂𝒚𝒐𝒏𝒂
Dominar el arte escénico de la improvisación, la ignorancia administrativa y la evidente falta de planificación, a la vez que se logra sonreír ante las cámaras mientras se hacen promesas insulsas, es el algo que está logrando Mikhail Krasnov como nunca nadie lo hizo en la historia de la ciudad.
Mientras hechiza a los más ingenuos con entronizados resultados que no son más que producto de fallos de acciones populares, o con insulsas reuniones de las que no se conoce nada más allá de un par de fotos y un párrafo con difusas y confusas promesas, los escándalos y hechos reveladores de su incapacidad administrativa quedan al descubierto.
En este circo administrativo que algunos se niegan a ver, no pueden faltar los presupuestos multimillonarios sin ejecutar, los directores de Catastro que no duran más de un mes, ni siquiera cuando les hacen el cargo a la medida; los autoproclamados pero inexistentes directores de Activa-t, y por supuesto el habitual y ya conocido silencio que conecta con la falta de transparencia y con la corrupción.
Dos hechos recientes ratifican el circo ruso-tunjano-duitamense-yopaleño-sogamoseño-mundano en el que se convirtió nuestra Alcaldía, el de la falta de ejecución de presupuesto más grande en la historia de la ciudad, que es simplemente trágico porque lo que quiere decir es que dejaron de atenderse cientos o miles de necesidades, básicamente postergando su atención para este año, con un presupuesto con menor alcance por efectos de la depreciación monetaria.
No se trató de un ahorro consciente como repiten algunos de sus fieles y otros tantos de sus propagandistas a sueldo, más bien fue ineptitud para ejecutar por escasez de proyectos, por falta de conocimiento y diálogo con quienes habitan el territorio, es más, por carencia de personal suficiente para atender los servicios habituales del municipio, porque hasta en eso se quiso “ahorrar”, en muchos casos en detrimento de la ciudadanía a la que se le terminó complicando el acceso a la prestación de algún servicio, y en tantos otros en menoscabo del trabajador por prestación de servicios del municipio, al que obligan a regalar varios meses de trabajo, todo por el ahorro administrativo para proyectos que luego no se ejecutan, es más, ni existen.
Habría que preguntarse si esos 12.500 millones de pesos que destinará el municipio como aporte al convenio que se dejará en manos de Tierrasua, alcanzan de la misma manera como lo habrían logrado en 2024. Habría que preguntarse por qué se prefirió tener toda esta plata de los contribuyentes arrumada en vez de destinarla a la terminación de la torre hospitalaria de la ESE, o a la terminación de las Calle 59, o a la terminación de los salones comunales, o a la de cualquier otra de tantas obras que quedan a medio camino en Tunja.
A finales del año pasado la Administración Municipal decidió radicalizar sus estrategias y labores de cobro coactivo. También se determinó que el descuento para impuesto predial de este año sería de un monto inferior, al igual que el plazo para aplicar a este. Ambas medidas encaminadas a aumentar el recaudo del municipio, objetivo que hoy resulta cuestionable siendo que el gobierno municipal ni siquiera ha sido capaz de ejecutar lo que ya ha venido recaudando.
Pero si bien esto parece inexplicable, más lo es el fugaz paso y la intempestiva renuncia de Martha Viviana Moreno Urrea como directora del Departamento Administrativo de Gestión Catastral, cargo al que accedió a finales de febrero luego de que la Administración Krasnov modificara los requisitos para hacerle el cargo a la medida de su formación y de su experiencia. Allí duró poco más de un mes, en el que no faltaron los escándalos y el memorablemente bochornoso episodio en el Concejo, en el que ni siquiera los 12 apóstoles se atrevieron a defenderla.
Los escándalos incluyeron denuncias en Fiscalía y quejas disciplinarias en Personería, porque hasta el extremo de amenazas y acoso laboral se llegó a hablar en tiempos de Moreno Urrea en la dirección del Departamento Administrativo de Gestión Catastral. También se volvió a hablar del intento de adjudicación a dedo que estaría intentando la Administración Krasnov con el contrato de actualización catastral, el cual rodea los 10 mil millones de pesos.
El motivo de la renuncia de Martha Moreno Urrea es todo un enigma, pues el documento no ha sido conocido hasta ahora por la opinión pública, y la Administración Municipal tampoco ha hecho mayor claridad al respecto. Lo que no es un misterio, sino toda una lógica consecuencia es el SoyuzGosTzirk en el que se está convirtiendo nuestra ciudad.
#Opinión #Política #Duitama
𝐈𝐧𝐜𝐨𝐡𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚 𝐲 𝐫𝐞́𝐠𝐢𝐦𝐞𝐧 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐞 𝐚𝐥 𝐚𝐜𝐞𝐜𝐡𝐨, 𝐞𝐧 𝐃𝐮𝐢𝐭𝐚𝐦𝐚


𝑷𝒐𝒓: 𝑮𝒊𝒏𝒂 𝑹𝒐𝒋𝒂𝒔 𝑯𝒐𝒚𝒐𝒔
Esta columna nace de la indignación, el desconcierto y la decepción. Desde el lugar seguro que me ha costado construir y desde el sentir de mi ser feminista, activista y progresista, que desde niña creyó en cambiar el mundo a través de la verdad, la coherencia y la justicia. Hoy, el régimen verde que nos ha censurado, que ha intentado imponer el silencio en el periodismo, que nos obligó a muchos a huir de nuestros hogares y trabajo con su persecución, tiene en la mira a Duitama. Pero esta vez, lo hace con la complicidad de quienes durante años denunciaron su corrupción y presumieron de defender la decencia en la política, solo para hoy cruzar líneas sin vergüenza, justificando en su bando lo que condenaron en el contrario.
Es increíble cómo el "todo vale" se ha instalado también en quienes se decían íntegros. La supuesta izquierda se ha otorgado licencia para hacer lo que tanto criticó. Y lo digo claro, el exalcalde de Sombrero a quien muchos consideramos en algún momento una de las pocas voces valientes contra la corrupción y el clientelismo que hoy se ha enquistado en el Palacio de la Torre, hoy traiciona sus propias palabras. Quien antes enfrentó a figuras intocables como Carlos Amaya ahora justifica su unión con el partido Verde bajo excusas que él mismo criticó en la clase política.
No escribo sin argumentos, su cuenta en X contiene decenas de publicaciones donde en todos los tonos posibles, indica que el el partido verde y Amaya, encarnan todo lo que está mal en la política.
Solo por citar uno, o esta columna sería un libro: “El Amayismo ha demostrado hasta la saciedad que a cualquier entidad que llegan son clientelistas… no venimos a cambiar el clientelismo de unos viejos por otros nuevos. Ese no es el cambio.
O qué me dicen de sus declaraciones cuando aún era alcalde y dijo en plaza pública refiriéndose a quienes estaban detrás de que saliera del cargo: “Hoy hay unas ruanas en el departamento, con unas mochilas que nos están intentando sacar de acá porque nosotros no nos prestamos pa’ sus tumbados”.
Y entonces uno qué puede pensar o inferir. ¿Ahora si se van a prestar para los tumbados?
Pero eso no es todo. Parece mucho más temeraria y enardecida su posición, al verlo pronunciar discursos incendiarios, proclamando que están dispuestos a "MATAR O MORIR", mientras sus seguidores lo aplauden. Los mismos que antes condenaban declaraciones similares de sectores uribistas por su supuesta cercanía con el paramilitarismo, pero hoy justifican estas palabras como si dependieran del color político del orador. Y no, no digo que si lo dicen de ese sector sea válido, solo que es una prueba más del doble e incoherente discurso. ¿Estamos validando discursos violentos solo porque provienen de una supuesta postura progresista? Supuesta, sí, porque en este escenario, esa izquierda se ha desdibujado por completo.
Y no es solo el discurso, también es la práctica. Cada vez se parecen más a aquello que criticaron hasta el cansancio. Basta con dar una mirada a lo que está pasando con la contratación de la ciudad en época electoral. La crítica a la burocracia y el clientelismo se esfumó tan pronto llegaron al poder. Ahora aumentan contratos, expanden la maquinaria y repiten las mismas dinámicas que antes denunciaban.
Hoy, Duitama está cerca de convertirse en una réplica de lo que sucede en Boyacá, donde hablar tiene costos demasiado altos y donde hay funcionarios constreñidos a asistir a reuniones que no denuncian por miedo, sí, por miedo. Se replica el mismo modus operandi que durante años condenamos: ataques sistemáticos a los críticos, señalamientos peligrosos, perfilamientos y una estructura que, con lenguaje de barricada, impone el miedo y la sumisión.
¿En qué momento se convencieron de que lo que combatieron toda su vida ahora es válido solo porque están del otro lado?
La independencia nos ha costado persecución, calumnias y vetos. Y el panorama se oscurece aún más cuando las alianzas impresentables se justifican con cinismo. Y aunque he estado alejada de opinar sobre lo que ocurre en Duitama porque aquí construimos un lugar seguro para mi familia, no puedo quedarme callada mientras esta ciudad vuelve a ser amenazada por la misma ola política que tanto daño nos ha hecho. Sé que quizás esta columna no trascienda, que intentarán callarnos como lo han hecho antes. Pero mientras la manipulación de medios siga protegiendo a quienes traicionan sus principios, quienes nos negamos a callar seguiremos hablando.
#Editorial
¡𝐆𝐚𝐧𝐨́ 𝐥𝐚 𝐠𝐞𝐧𝐭𝐞!


A inicios de esta semana se materializó una de las noticias más esperadas por la ciudadanía y más aplazadas por la Administración Municipal: la derogación del Decreto 0475 de 2024, ese que trató de imponerse a finales del año pasado, en medio del jolgorio de las fiestas de fin de año, y que tenía por fin restringir la circulación de vehículos particulares por las carreras 11 y 12, en favor de las empresas del transporte público, que iban a ser sus únicas usuarias.
La derogatoria, o más bien reversazo de la Administración Municipal, no obedece a mesas de diálogo o la conciliación que argumentaron desde el gobierno Krasnov con el comunicado emitido horas después de la publicación del decreto por medio del cual se dio la derogatoria del polémico 0475.
Este reversazo es más bien producto de la presión de la ciudadanía, que el pasado 13 de enero realizó una manifestación diciente y contundente sobre el rechazo a tan polémica medida que nunca encontró respaldo técnico ni jurídico, más allá de la defensa a rajatabla que hicieron desde la Administración Municipal, alegando motivos técnicos que luego no pudieron demostrar, nunca jamás.
La manifestación se complementó con un par de demandas al polémico Decreto, puesto que, ante la falta de voluntad de la Administración Municipal por derogarlo, hubo que presionar por vías jurídicas para lograr el fin.
El evidente rechazo popular y el inicio de acciones legales en contra del Decreto 0475 propició que la Administración Municipal se sentara a dialogar con los comerciantes de las carreras 11 y 12, de lo contrario el plan absurdo e infundado de privatizar estas carreras en beneficio del transporte público, habría seguido en marcha. De todas formas, esos diálogos jamás llevaron a nada, pues si algo demostró la Administración Krasnov en medio de esta contingencia fue terquedad e intransigencia, más allá de que el deseo popular, evidente en las calles y en las redes sociales, era la derogatoria del decreto.
Viéndose perdidos en aquella disputa legal, y ante la falta de apoyo popular para su injustificable decreto, a la Administración Krasnov no le quedó más que echar para atrás una medida que no tenía ni pies ni cabeza, que no hacía ningún aporte verdadero a las dinámicas urbanas de la ciudad, ni mucho menos a la economía, todo lo contrario, significaba un grandísimo riesgo para esta.
El reversazo a este decreto, además de la victoria popular que representa, evidencia a su vez la escasísima planeación en la construcción de las políticas públicas por parte de la Administración Municipal, que se vio abrumada cuando la ciudadanía empezó a pedirle justificaciones técnicas para lo dispuesto en el decreto.
Falta de planeación que se hizo evidente con este decreto, pero que no ha sido el único caso, pues vale la pena recordar lo ocurrido hasta ahora con el decreto 24 horas, que hasta el momento no ha significado más que negocio para Oxxo y aumento en el consumo de bebidas embriagantes y psicoactivos en espacios públicos.
Falta de planeación que se ha visto también en las convocatorias a artistas, que este año han vuelto a cometer el mismo pecado que en 2024, al darse a conocer sobre la fecha, limitando así la participación de los interesados.
Falta de planeación que se evidenció también con la reubicación de los vendedores informales en el Hoyo de la papa, sitio en el que se han viabilizado eventos que potencien su atractivo, pero sin la correspondiente difusión y publicidad, conllevando al fracaso de los mismos.
Falta de planeación más que evidente en un presupuesto en el que se dejaron de ejecutar más de 111 mil millones, cifra nunca antes vista en un superávit y que representa más de la cuarta parte del presupuesto del municipio.
En todo caso, más allá de la notoria falta de planeación, hoy los tunjanos tienen un motivo para celebrar, pues la derogatoria del Decreto 0475 de 2024, además de la victoria popular, garantiza bienestar para cientos o quizá miles de familias tunjanas, que le hicieron entender al gobierno Krasnov que las voluntades y necesidades del pueblo no pueden ser pisoteadas por simple capricho.
#Opinión #Tunja #Política
𝐇𝐢𝐩𝐞𝐫𝐬𝐭𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧 𝐓𝐮𝐧𝐣𝐚: 𝐋𝐚 𝐢𝐧𝐟𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐢𝐬𝐜𝐮𝐫𝐬𝐨 𝐩𝐮́𝐛𝐥𝐢𝐜𝐨


𝑷𝒐𝒓: 𝑫𝒂𝒏𝒊𝒆𝒍 𝑻𝒓𝒊𝒗𝒊𝒏̃𝒐 𝑩𝒂𝒚𝒐𝒏𝒂
El ‘Cybernetic Culture Research Unit’ (CCRU) nunca fue un grupo de investigación convencional. Surgido en la Universidad de Warwick en los años 90, funcionó más como un experimento clandestino que como una entidad académica. Fundado por figuras como Nick Land y Sadie Plant, el CCRU se movió en los márgenes del pensamiento filosófico, absorbiendo influencias del postestructuralismo, la cibernética, el ocultismo y la cultura ‘rave’. Su propósito no era solo entender el futuro, sino más bien precipitarlo, explorando como las fuerzas del capital, la tecnología y la información eran capaces de reconfigurar la realidad. Al mejor estilo de lo que vemos hoy en la versión de Tunja bajo el mando de Mikhail Krasnov.
A espaldas de la institución que les dio cobijo, el CCRU se volvió cada vez más críptico. Sus textos, concebidos en un lenguaje fragmentado y hasta indescifrable, hablaban de inteligencias artificiales emergentes, deidades ocultas en las redes digitales y profecías económicas codificadas en los mercados financieros. No parecían describir el mundo, sino que lo reprogramaban, operando bajo la intuición de que las ideas no solo reflejan la realidad, sino que pueden darle forma.
A finales de los 90 el grupo desapareció, o cuando menos invisibilizó su actuar, pero su influencia siguió expandiéndose en las corrientes subterráneas donde lo real y lo especulativo se confunden, infiltrándose así en los rincones más oscuros de la cultura digital. Lo más inquietante es cómo ciertos fragmentos de su pensamiento, especialmente el concepto de “Hiperstición” (la capacidad de una narrativa para hacerse real a través de la difusión y la creencia), fueron absorbidos y llevados a la práctica con el auge de las nuevas ultraderechas occidentales. De los foros anónimos a las estrategias de manipulación política, hace años la hiperstición dejó de ser un experimento filosófico para convertirse en una herramienta de guerra cultural, sobrexplotada en estos tiempos de la “Tunja que conecta con el mundo”, donde las distinciones entre ficción y realidad ya no son más que una simple cuestión de percepción.
𝐇𝐢𝐩𝐞𝐫𝐬𝐭𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐢𝐠𝐢𝐭𝐚𝐥
La hiperstición se distingue de la superstición en su funcionalidad y efectos. Mientras la superstición se basa en la creencia irracional de que ciertos actos pueden influir en la realidad de manera mágica o inexplicable, la hiperstición actúa como un agente causal dentro del tejido de la realidad. La hiperstición no solo describe el futuro, sino que lo moldea y produce activamente, alterando las condiciones en las que opera, y generando efectos tangibles en la historia y en la cultura. El CCRU define la hiperstición como “ficciones que se hacen a sí mismas reales”. En palabras más sencillas, la hiperstición no es simplemente una idea falsa que las personas adoptan, sino un mecanismo mediante el cual las narrativas pueden modificar la realidad objetiva al ser actuadas y diseminadas en el entorno cultural y tecnológico.
Ejemplos contemporáneos de este fenómeno narrativo existen de sobra en la “Tunja Krasnovista”, en la que los más avezados seguidores y defensores del Alcalde han llegado a replicar y a defender información comprobadamente falsa, o indudablemente absurda como la del potencial peligro del Alcalde de caer en la indigencia, llegando al punto de creérselo y de hacérselo creer a otros cuantos, al igual que se manipulan las narrativas para hacer creer sobre persecuciones o envidias hacia Mikhail Krasnov, cuando lo que se hacen no son más que ejercicios de veeduría ciudadana, que suelen resultar molestos para quien tiene cosas que ocultar.
La hiperstición digital es un fenómeno intrínsecamente ligado a la información y la proliferación de la cultura digital. De la misma forma en como funciona un virus informático, las hipersticiones digitales se propagan a través de redes interconectadas, reproduciéndose mediante la participación activa de los usuarios en entornos digitales.
Ejemplos hay de sobra en estos tiempos en los que se ha replicado hasta la saciedad, mayoritariamente por perfiles falsos, el discurso de que la no continuidad de Krasnov en la Alcaldía terminaría generando un freno a proyectos de infraestructura que se adelantan en la ciudad. Sin embargo, la poderosa y repetida narrativa halla su fin con el cuestionamiento de los más valientes internautas, que más allá del acoso y difamación digital, preguntan ¿Cuáles proyectos? ¿Los que el Gobernador le está imponiendo a Krasnov? ¿Esos mismos que estaban en el Plan de Gobierno de John Carrero y no de Mikhail Krasnov? Esos proyectos van a continuar independientemente de quien sea el Alcalde, pues son una prioridad para el proselitismo de las toldas verdes.
Un rumor, un delirio o una teoría conspirativa pueden adquirir impulso propio dentro de la maquinaria de la hiperstición, al punto de llegar a convertirse en un relato tan omnipresente que termina torciendo la realidad a su favor, como ocurrió, por ejemplo, con aquella supuesta grabación de John Carrero hablando mal de Mikhail Krasnov en tiempos de campaña, de la que muchos llegaron a creer que fue real. El razonamiento es sencillo: cuando suficientes actores creen en una ficción, esta deja de ser ficción, y cuando colapsa, arrastra consigo los restos de la realidad que logró alterar.
La hiperstición, al operar como un proceso de autorrealización, también cuestiona la noción de causalidad lineal. En lugar de una secuencia de eventos determinada por el pasado, la hiperstición introduce la idea de una causalidad retroactiva, donde el futuro puede modificar el presente a través de la anticipación y la narrativa, al mejor estilo de lo ocurrido con el abogado que demandó la nulidad de la elección del Alcalde para luego retirar la demanda, del cual se quiso hacer creer en primera instancia, que su accionar había obedecido a su voluntad y no a la compra de su conciencia, como terminó ocurriendo.
No hay ‘fact-checker’ que alcance, no importa si mienten o no, no les importa tampoco que los desmientan, pues en la Tunja que conecta con todas las formas de lucha, incluidas las de la burda manipulación, lo que importa es repetir un relato, que con su simple repetición se convierte en una “verdad alternativa”, una falaz y en ocasiones verdad alternativa. Ejemplo de ello es el episodio en que el Alcalde se negó a dar declaraciones sobre los resultados de su por entonces reciente viaje a Corea. La narrativa fue la del cansancio y el derecho al descanso por encima del derecho a la información que tienen los ciudadanos, y la contra narrativa de respaldo fue la de sus áulicos satanizando a quien hizo la pregunta en vez de cuestionar al mandatario que se negó a dar explicaciones que por simple sentido común tendría que haber dado; contra narrativa que llegó al punto de catalogar cuestionamientos apenas lógicos y ligados a la rendición de cuentas sobre lo público, como ataques injustificados al incuestionable líder supremo. La fragmentación del discurso público se alimenta del colapso de las certezas y del descrédito del trabajo de quienes buscan y difunden información de interés público, obviamente ajenos a los intereses de la Alcaldía.
Mikhail Krasnov personifica el mito del extranjero con visión de primer mundo, una ficción cuidadosamente construida y sostenida por sus cientos o miles de perfiles falsos, medios de comunicación prepagados y seguidores a ciegas, mientras que se oculta la realidad del extranjero glorificado por su condición de extranjero, ignorante del manejo de lo público y oportunista del clima de malestar hacia la política tradicional, más allá de que él sea uno de tantos entre los que han despertado el hartazgo de la ciudadanía. Su figura no responde a la realidad, sino a una estrategia de autoglorificación, la cual forma parte de la mutación que han venido teniendo las narrativas del poder.
#Opinión #Nación
𝐀𝐮𝐭𝐨𝐛𝐥𝐨𝐪𝐮𝐞𝐨 𝐠𝐮𝐛𝐞𝐫𝐧𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥


𝑷𝒐𝒓: 𝑪𝒂𝒓𝒍𝒐𝒔 𝑨. 𝑽𝒆𝒍𝒂́𝒔𝒒𝒖𝒆𝒛-𝑪𝒓(𝒓) 𝒅𝒆𝒍 𝑬𝒋𝒆́𝒓𝒄𝒊𝒕𝒐 𝑵𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝑪𝒐𝒍𝒐𝒎𝒃𝒊𝒂
Con lo ocurrido a raíz del archivo en la Comisión Séptima del Senado de la reforma laboral y el llamado a una consulta popular por parte del presidente de la República, Petro insiste en evidenciar su ineptitud gubernativa. Por si aún había dudas, sus actitudes y posturas demostraron que es mucho más un populista agitador y activista, que un presidente y jefe de Estado. Lo que ocurrió fue en realidad un capítulo más del espectáculo de un primer mandatario que ha convertido el mandato que le otorgó una estrecha mayoría, en una sucesión de maniobras de manipulación política, intentando suplantar al Congreso y a la justicia bajo el pretexto de la “participación directa del pueblo”, tratando así de disimular su incompetencia como gobernante.
Ahora bien, riñe con la realidad el que exista un bloqueo institucional. El Congreso ha aprobado reformas importantes al Presidente como la tributaria, la pensional y la reforma al sistema de transferencias, para solo mencionar algunas. Lo que está promoviendo Petro es más bien un autobloqueo gubernamental. Es más, la consulta popular planteada y las marchas convocadas para promover sus reformas podrían exacerbar aún más la división existente en Colombia atascando su gobernabilidad y progreso.
El amplio apoyo inicial que tuvo para promover los cambios sin la sostenibilidad que da el consenso institucional, conduce al autobloqueo. Con el tiempo, la inestabilidad generada por la estrategia populista puede erosionar la confianza pública en las instituciones democráticas y alimentar el desencanto ciudadano con la democracia, la misma que tanto alaba en sus discursos. La democracia colombiana se fortalece mediante instituciones sólidas, el respeto a los límites constitucionales y la negociación política sostenida, no a través de atajos populistas que, si bien parecen democráticos, terminan siendo profundamente nocivos para el sistema.
Es que cuando un agitador y activista como Petro le da un valor absoluto a la votación que lo eligió - otorgándole la legitimidad de origen- y la interpreta como un mandato incondicional para impulsar las reformas propuestas en campaña, el diálogo y la negociación política sobre el cómo hacerlas realidad- propias de un jefe de un estado democrático- ceden lugar a la confrontación y a la terca inflexibilidad. En otras palabras, contribuye para que la necesaria legitimidad en el ejercicio del cargo entre en barrena de manera paulatina pero constante hasta arribar al autobloqueo. Y esto a pesar de su pretensión de atribuir insistentemente el fracaso de las reformas no a su gestión, sino la voluntad de una clase política, una élite, una oligarquía que se resiste al cambio que requiere Colombia.
Lo cierto es que el periplo de este gobierno se ha caracterizado por momentos de expectativa seguidos de propuestas maximalistas y llamados a la movilización popular que buscan lograr con el apoyo de la calle lo que no se ha logrado en los recintos del Congreso o en las oficinas de las otras instituciones constitucionales.
Aún más, la inspiración y la capacidad retórica de Petro sigue produciendo discursos interminables, pero su capacidad de inspirar esperanza a otros se desvanece cada vez más y por el contrario, con sus generalizaciones calumniosas e injuriosas, como las lanzadas el 18 de marzo, prolíficas en agresividad y epítetos denigrantes, riega por doquier el odio que muestra albergar en su interioridad, exacerbando la polarización política e incentivando una discordia entre los colombianos que difícilmente podrá ser revertida. Y esto, además de irresponsable con el país, es peligroso. No es por coincidencia que una periodista como Patricia Lara, no propiamente una “oligarca que mata y asesina porque le tiene miedo al pueblo” haya escrito su última columna en El Espectador titulándola “El peligroso lenguaje del presidente”.
Si en lo que le queda del período constitucional para ejercer como presidente, Petro no corrige su estilo de gobierno y sigue envenenando el tejido social, se expone a que surja una Consulta Popular, no con doce preguntas sino con una sola: ¿Está de acuerdo con que le presidente Petro renuncie al cargo?
#Editorial
𝐃𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐨𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨


Otra semana que concluye en Tunja en medio de gravísimos señalamientos y escándalos. Uno de los más sonados, aunque no el único, es el de la denuncia realizada por un funcionario de Ecovivienda, en representación de todos los demás, en la que se dice que la madre de Sara Catalina Pedraza, gestora social de Tunja; María Luisa Pedraza Canaría, al igual que la hoy secretaria de Infraestructura Territorial, Lina Bautista Avellaneda, quien previo a su llegada a la mencionada Secretaría, se desempeñaba igualmente en Ecovivienda; habrían solicitado cuotas o porcentajes económicos del salario de los funcionarios, para “salvar la Alcaldía del señor Krasnov”.
Una vez conocido tan grave señalamiento, se desató un malestar entre un amplio sector ciudadano que ve en este escándalo, uno de tantos ocurridos al interior de la Administración Krasnov, que no tiene ningún tipo de investigación, manejo y repercusión por parte de la Secretaría de Control Interno Disciplinario, que en año y tres meses de Gobierno Krasnov, brilla por su ausencia.
Dado que Ecovivienda es una entidad descentralizada del municipio, tiene su propia oficina de control interno disciplinario, la cual ha guardado silencio sobre esta situación, incluso después de conocida por la opinión pública. “Este poder para realizar este tipo de sobornos, lo han logrado por el silencio cómplice de control interno de Ecovivienda”, señala el escrito mediante el cual se reveló esta presunta irregularidad.
Pero lo absurdo de la situación no se centra exclusivamente en el silencio que guarda la oficina de control interno de Ecovivienda, sino en la del mismísimo municipio, desde la cual, dijeron en su momento a los concejales que era esta dependencia quien vigilaba sus actuaciones, y resulta cuando menos curioso que pueda hacer vigilancia a los concejales, que no son empleados ni funcionarios de la Administración Municipal, pero que no pueda hacerlo sobre una entidad que, más allá de su carácter descentralizado, no deja de ser del orden municipal.
Valga decir que la incompetencia y hasta complicidad de la Secretaría de Control Interno Disciplinario no se ha visto solamente en esta situación, sino también con las gravísimas denuncias que hace un par de semanas se conocieron del Departamento Administrativo de Gestión Catastral Multipropósito, las cuales causaron revuelo en la opinión pública tunjana; al igual que ocurrió con la pérdida de documentos en manos de la por entonces secretaria de la Mujer, Equidad y Género, Diana Espinosa, o las acusaciones de pedidos de coimas que hicieron del exsecretario de Cultura, Jorge Espíndola, entre otros tantísimos casos de acoso laboral, de negación o pérdida de documentos públicos, y demás situaciones que han sido obviadas por la Secretaría de Control Interno Disciplinario. Teniendo así que pasar habitualmente a manos de la Personería Municipal o de la mismísima Procuraduría General de la Nación dada la nula atención y trámite que da la Administración Municipal a todas estas irregularidades denunciadas.
Habría que preguntarle a esta dependencia, a la de Control Interno Disciplinario, ¿Cuáles son sus resultados hasta ahora? ¿Cuántos casos e investigaciones hay abiertas sobre funcionarios de la Administración Municipal? ¿Cuáles de esas han concluido en algún tipo de sanción? ¿Cuál ha sido el manejo y la trazabilidad que han tenido cada una de estas?
Hasta ahora, no se conoce ni una sola labor adelantada por la desprestigiada dependencia del control interno disciplinario, que más bien es una oficina de la complicidad con un sinfín de prácticas corruptas, o cuando menos cuestionables.
#Opinión #Economía #Nación
𝐏𝐞𝐭𝐫𝐨, 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐚𝐬 𝐭𝐚𝐧 𝐃𝐮𝐪𝐮𝐞


Un grandísimo debate se suscitó esta semana a raíz de un pronunciamiento, con visos de propuesta arbitraria, engañosa y abusiva, realizada por el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma Egea, en el marco del evento ‘Colombia Genera’, organizado por la Andi. Allí, Palma Egea socializó la idea de que los estratos 4, 5 y 6, “los más ricos”, así como los sectores comerciales e industriales, financien el pago de la deuda correspondiente a los estratos 1, 2 y 3, por concepto de la opción tarifaria.
La propuesta, no solo es engañosa e incongruente con lo anunciado anteriormente por el mismo Gobierno Nacional para hacer frente a este tema, sino que resulta supremamente lesiva para las familias y empresas colombianas, asfixiadas entre impuestos, casi siempre excusados con eso del carácter “solidario”; familias y empresarios que no es que sean ricas, pues valga advertir que la gran mayoría de familias del estrato 4 está más cerca de la pobreza que de la riqueza, al igual que el grueso del tejido empresarial del país, que está compuesto mayoritariamente por MiPyMEs.
A ese amplio número de familias colombianas en estrato 4 no le cabe un impuesto más, ni un recargo más, ni mucho menos una imposición abusiva y arbitraria como la que está sugiriendo el Gobierno Petro, al mejor estilo de la reforma tributaria que pretendió en su momento el gobierno de Iván Duque y que desencadenó en el ya conocido estallido social.
¿Es eso lo que pretende este gobierno? ¿Está la respuesta en asfixiar a la clase media para subsidiar algo que no está en capacidad y que no es su culpa? ¿Hablando de ricos, no sería mejor que lo subsidien los funcionarios de gobierno que se han hecho multimillonarios estafando dineros de la UNGRD? ¿O que se la “bancada del Caribe” a la que se condene arbitrariamente a realizar este “aporte solidario”? Valga recordar que el Gobierno Petro ha señalado a esa bancada como la responsable de esto, entonces ¿Por qué tienen que pagar ahora las familias de estrato 4, de todo el país, por un manejo irresponsable en el Caribe?
Esta desafortunada propuesta puede salirle muy cara a un gobierno que por estos días busca desesperadamente apoyo popular para su consulta y su proyecto político, que seguramente terminen hundiéndose a raíz de ideas tan ridículas como que esta de que el estrato 4 y los sectores comerciales sean quienes financien cerca de 3,1 billones de pesos que al Gobierno Nacional le ha quedado grande gestionar, al tiempo que despilfarra en ministerios inútiles como el de la supuesta igualdad, igualdad que con propuestas como esta se consolidará pero por lo bajo, haciendo a la clase media cada día más pobre y susceptible de subsidios por parte de “los más ricos”, que valga decir cada día serán menos.
Gustavo, si la oposición te hundió la reforma tributaria por medio de la cual pretendías hacer el pago de esta obligación, no tienen porque terminar pagando los ciudadanos de clase media y los sectores productivos. Colombia no necesita de decrecimiento social ¡No seas tan Duque!
#Editorial
𝐌𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐠𝐚 𝐊𝐫𝐚𝐬𝐧𝐨𝐯 𝐚 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐥𝐞 𝐬𝐢𝐫𝐯𝐞


El episodio vivido por Jessica Albarracín Montaña al cabo de esta semana, en el que se aceptó su renuncia pero solo a partir del 24 de abril, es uno de tantos que se ha presentado en la actual Administración Krasnov, en la que varios de sus integrantes, alzados en hombros durante su pertenencia a esta, terminan saliendo bajo el más cruel de los menosprecios cuando dejan de ser útiles al mensaje político que pretende difundir la administración en cabeza del hoy ilegítimo mandatario.
De la noche a la mañana las cuantiosas bodegas y los siempre fieles barrabravas de teclado de la militancia krasnovista, mutan su discurso, pasando del siempre incondicional halago, a vituperar, minimizar y hasta criminalizar a quienes hicieron parte del equipo Krasnov, que por una u otra razón han dejado de integrarlo. A partir de ese momento pasan a ser incompetentes, corruptos y hasta “enemigos” del bien común y de lo público.
Ocurrió en su momento con Germán Mora Pérez, a quien encumbraron como el mejor secretario de Infraestructura de la historia, para luego pasar a destruirlo socialmente culpándolo de todos los males y especialmente de la desastrosa malla vial de la ciudad, la cual no ha podido ser reparada en mayor medida por el gobierno Krasnov, ni siquiera con la salida de Mora Pérez.
También pasó con Jessica Zipa Martínez, a quien, después de su inesperada salida, calificaron como politiquera infiltrada de Rodrigo Rojas Lara en el gobierno de Krasnov, más allá de que fue él mismo Mikhail quien la designó en aquel cargo, y quien aceptó que Rojas Lara le armara buena parte de su primer gabinete.
Igual caso fue el de Giusseppe Malagón, que de un momento a otro pasó de ser “una de las personas que más sabe de catastro en Colombia”, a ser un completo incapaz para adelantar un proceso de actualización catastral. En este caso, el absurdo de las acusaciones en su contra es mayor, pues la Administración Krasnov solo vino a darse cuenta de su supuesta incapacidad tras más de un año de tenerlo en el cargo, y como si no fuera suficientemente cuestionable esto, le reemplazaron con una persona que jamás en su vida ha adelantado un proceso de actualización catastral.
Y ocurre ahora con Jessica Albarracín Montaña, a quien de manera arbitraria le negaron renunciar de manera inmediata, en otra clara jugadita, de las tantas que nos ha enseñado el profe de las trampas, para así despejarle el camino al candidato que hizo campaña con dineros de los tunjanos, el pobremente recordado exsubdirector administrativo del Establecimiento Público Colegio de Boyacá, Diego Sandoval Cepeda, de quien se dice le dejó un caos administrativo y presupuestal a dicho establecimiento, que empezará a notarse antes de que termine el año.
Así las cosas, no será raro ver en un futuro a varios de los más cercanos integrantes del gabinete, que hasta activismo hacen en redes, como es el caso de Denisse, César y Gustavo; salir por la puerta de atrás para tener que sufrir el acoso y el matoneo de la siempre ingenua, cegatona e incondicional militancia krasnovista, que en buena medida también está siendo paga con dineros de los tunjanos.
#Opinión #Tunja #Política
𝐋𝐚 𝐜𝐨𝐬𝐭𝐨𝐬𝐚 𝐩𝐚𝐧𝐭𝐨𝐦𝐢𝐦𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐧𝐜𝐞𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐓𝐮𝐧𝐣𝐚


𝑷𝒐𝒓: 𝑫𝒂𝒏𝒊𝒆𝒍 𝑻𝒓𝒊𝒗𝒊𝒏̃𝒐 𝑩𝒂𝒚𝒐𝒏𝒂
A pesar de los diversos intentos y pronunciamientos que han hecho los actuales integrantes del Concejo de Tunja por diferenciarse de quienes les precedieron el periodo anterior, lo cierto hoy es que ambos concejos, tanto el que le aplaudió todo a Fúneme, como el que hoy le aplaude todo a Krasnov, han sido cortados por la misma tijera.
Ambos se moldearon rápidamente para sucumbir ante los intereses del poder de turno y para aparentar oficio y trabajo en aras de maquillar un supuesto ejercicio de control político que queda cada vez más en entredicho.
Prueba de ello es el fugaz y banal estudio que se la hecho al proyecto para adicionar más de 111 mil millones de superávit al presupuesto de 2025. Proyecto que tuvo unas dinámicas de estudio como si no hubiese mañana. A tal punto que se “estudió” en cuestión de cinco sesiones, más allá de que nadie entendió nada ni quedó nada claro.
Ha sido tan burdo el intento de la mesa directiva de cumplir a rajatabla el pedido de trámite exprés sobre este proyecto, que aglutinó de a cinco dependencias por sesión, cuando lo normal habría sido un máximo de dos secretarías por sesión, e incluso una sola sesión por dependencia en el caso de las más complejas en cuanto a sus necesidades de inversión, como lo pueden ser Infraestructura o Fomento Económico.
Pero lo que ocurrió fue todo lo contrario. La exposición de los proyectos pretendidos por estas dependencias, y de los recursos solicitados para hacerlos realidad, no tomaron más que unos pocos minutos, en los que no le quedó claro nada a nadie.
Por ejemplo, acabados los cinco minutos de la exposición de la secretaría de Infraestructura Territorial, Lina Bautista Avellaneda, ningún concejal pudo comprender, y mucho menos dar cuentas a la opinión pública, sobre las intervenciones a realizar, el alcance de las obras, los materiales a utilizar, las vías priorizadas, el tiempo proyectado para obras, etcétera; pues lo poco que se expuso es que se usarán 25 mil millones para este propósito, 12.500 aportados por el municipio y 12.500 por el departamento. Mucho más que eso no se dijo, más allá del penoso intento de la presidenta de la Corporación Edilicia, Sandra Estupiñán Orjuela, por salvarle la papeleta a la secretaria, leyendo la pantalla de su computador, visible solamente para ella por su cercanía, y pidiendo a sus colegas concejales no hacer reparos sobre nada ya que ella podía dar fe de la información de la que los demás carecieron al momento de este “estudio” preliminar.
Valga decir de paso, sobre la nueva apuesta para liderar la Secretaría de Infraestructura, que con la exposición que hizo y que con el nivel de respuestas que dio, tendría que correr igual suerte que Adriana Buitrago, a quien hace un año “descabezaron” en el Concejo de Tunja, obviamente en tiempos en que las consideraciones de esa Corporación no estaban supeditadas a las ordenanzas del mesías de Saratov.
Para maquillar el burdo intento de trámite exprés de la adición de estos recursos, se le ha venido diciendo a la opinión pública que luego de las efímeras sesiones, de las que poco y nada se pudo concluir, se allegó una serie de documentos de soporte a los concejales como complemento para cuando se den los debates de trámite del proyecto, documentos que, en un ejercicio de control político serio y responsable con la ciudadanía que le paga 600 mil pesos por sesión a cada uno de los 17 concejales, tendrían que haberse allegado antes del primer estudio preliminar, para que así se hubiese dado un debate público a la altura de una Corporación que se autodenomina “honorable”.
Sobre el trámite del proyecto, habrá que insistir en que no es más que una pantomima, pues ya buena parte de la opinión pública sabe que será aprobado venga como venga, diga lo que diga, repercuta como repercuta, pues esa es la orden que le ha dado el mesías de Saratov a sus 12 apóstoles, o a sus 13, porque parece ser que recientemente se les sumó otro buen muchacho.
Esta aprobación, que no es cuestionable por sí misma porque los recursos han de agregarse y usarse, sí resulta cuestionable en el sentido de que tendría que haberse estudiado y analizado de forma serena, juiciosa y responsable. Más en una ciudad en donde se citó a sesiones extraordinarias para tocar una serie de temas intrascendentes, incluidas dos sesiones destinadas a ejercicio de rendición de cuentas, como para que ahora tenga que venir darse trámite a más de 111 mil millones sin que nadie sepa concretamente para qué.
Tal y como se viene haciendo, solo es un vulgar calco del trámite que se le dio al proyecto de empréstito, en el que el comité de aplausos le dijo que sí a todo lo que propuso Fúneme González, sin importar la repercusión que esto tendría para la ciudad y quienes la habitamos; tal y como hoy hacen, llamativamente varios de los mismos protagonistas, aunque esta vez bajo las órdenes de Krasnov.
#Opinión
𝐏𝐫𝐨𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨 𝐲 𝐩𝐫𝐨𝐠𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐦𝐨


𝑷𝒐𝒓: 𝑪𝒂𝒓𝒍𝒐𝒔 𝑨. 𝑽𝒆𝒍𝒂́𝒔𝒒𝒖𝒆𝒛-𝑪𝒓(𝒓) 𝒅𝒆𝒍 𝑬𝒋𝒆́𝒓𝒄𝒊𝒕𝒐 𝑵𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝑪𝒐𝒍𝒐𝒎𝒃𝒊𝒂
El progreso es un concepto que indica la existencia de un sentido de mejora en la condición humana. Pero el problema ha estado en lograr un acuerdo en lo que es avanzar hacia esa mejora, para lo cual hay que partir de bases constituidas por conceptos comunes en el campo de la antropología filosófica. Por la ausencia de esas bases, unos han identificado el progreso con el avance del saber y la virtud; otros, con la expansión de la libertad individual, el crecimiento económico y el dominio sobre la naturaleza; otros, con la capacidad de forjar hombres nuevos a través del poder político, etc.
Al publicar su libro “Historia de la idea de progreso”, (1980) el sociólogo Robert Nisbet sostuvo que “…la fe occidental en el progreso se va marchitando rápidamente”. Y acertó, pues hoy día lo que avanza es la convicción –compartida por no pocos progresistas y conservadores– de que la humanidad va de mal en peor. Una sensación de que los cambios socioculturales y la inequidad están erosionando valores sociales medulares. No es coincidencia pues que con frecuencia se hable de un escenario de “incertidumbres crónicas”.
Lo cierto es que han surgido propuestas que buscan reescribir las premisas de lo que se ha solido entender por progreso entre las que está la idea que argumenta la posibilidad de tener al mismo tiempo, no el decrecimiento económico propugnado por varios progresistas, sino el crecimiento económico con respeto al medio ambiente, lo cual ha cuajado como ideal dominante en los países más ricos. Esta idea confluye con el “crecimiento verde” que confía en los avances tecnológicos y la innovación en infraestructuras, para usar de forma más eficiente los recursos disponibles buscando aumentar la riqueza material con el menor impacto posible al medio ambiente. También concurre con lo anterior el recurrir a otras herramientas típicas del “desarrollo sostenible”: los incentivos a las energías renovables, los impuestos a las más contaminantes, los nuevos modelos de negocio, etc.
En fin… el punto a destacar es que en el trasfondo hay una filosofía de vida que busca cambiar el crecimiento económico y el consumismo por la aspiración a vivir con más sentido, aumentando el espacio para disfrutar los bienes inmateriales de la naturaleza como fuente de gozo estético y de perfeccionamiento espiritual. Pero este núcleo básico de dichas propuestas tiende a veces a mezclarse con planteamientos más o menos utópicos o extremos de varios movimientos progresistas como el feminismo victimista, el ecologismo radical, el veganismo, la sexodiversidad, lo “woke” entre otros. Tendencias ideológicas estas que en realidad no contribuyen a vivir con más sentido.
Para progresar se trata entonces de buscar el crecimiento, no solo económicamente sostenible, sino también en humanidad. ¿Cómo? Conectando la visión de quienes subrayamos la necesidad de equilibrar el tiempo que dedicamos a producir y consumir con el tiempo de cuidado familiar y de descanso edificante. Aquí la idea básica es que no somos unidades de producción autónomas sino seres familiares por naturaleza- hecho eminentemente antropológico (todos somos hijos)- que han de compaginar las obligaciones profesionales con las responsabilidades de crianza, cuidado y formación. Las sociedades contemporáneas urbanizadas, disponen los tiempos para estas cosas de manera muy desequilibrada.
A corregir el desequilibrio ayuda sensiblemente la perspectiva de familia, un mecanismo que incentiva a los poderes públicos a valorar si sus políticas en los distintos ámbitos (educación, fiscal, laboral, transporte…) facilitan e incentivan, o no, la vida en las familias. De esta manera la sociedad sale ganando puesto que mujeres y hombres participan, con igualdad de derechos, tanto en la esfera pública como en la privada. Y en la medida en que le abre más espacio a la cultura del cuidado, contrarresta la del descarte de la ancianidad.
#Editorial
¿𝐋𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐞𝐧 𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐞𝐬?


Una semana atrás, cuando la ciudad estaba a la expectativa por conocer la sentencia sobre la demanda de nulidad electoral en contra de Mikhail Krasnov, se dio uno de los mayores esfuerzos propagandísticos de esta administración, que sacó a relucir un puñado de frentes de obra, sobre los que no se aclaró de dónde salían los recursos, ni el alcance de estas obras, ni los materiales usados, ni su durabilidad, ni nada por el estilo; a la vez que se adjudicaron la autoría de la nueva cara del Parque Recreacional del Norte, siendo que dicha intervención ha obedecido a una sentencia de acción popular.
Valga decir que el alcalde, Mikhail Krasnov, y su jefe de gabinete, Érika Soler Rocha, reconocieron que estas obras eran producto de una acción popular, pero dicho reconocimiento solo se hizo al interior de las cuatro paredes del ignorado Concejo de Tunja, porque a través de los comunicados emitidos a la opinión pública sobre estas intervenciones, no se mencionó en lo más mínimo que se hubiesen realizado y entregado dichas obras a causa de la ya mencionada sentencia, que valga decir de paso, venía siendo ignorada desde hace rato, como la mayoría de sentencias de las conquistas ciudadanas a través de este mecanismo de defensa de los derechos colectivos, cosa que le ha valido desacatos y multas al alcalde Krasnov, así como rabietas a muchos de sus más fieles seguidores. Como en tiempos de Alejandro Fúneme González.
El exagerado show mediático tenía por fin presionar al Tribunal Administrativo para condicionar su decisión, haciéndole ver que podría tener a la opinión pública en contra, que para finales de la semana pasada y comienzos de esta, estaba embelesada por el show propagandístico que se orquestó desde la Administración Municipal, para aparentar gestión luego de más de un año de pocos resultados, escasa ejecución del presupuesto y abundantes escándalos.
Para desgracia de los intereses del Alcalde y de su círculo cercano, el Tribunal, más allá de las presiones mediáticas, falló determinando la nulidad electoral de Mikhail Krasnov, la cual fue respaldada por una serie de pruebas que la defensa del profesor ruso no pudo contrarrestar, especialmente porque no presentó prueba alguna a su favor, sino que redujo su defensa a tratar de torpedear el proceso.
Aparecieron entonces áulicos y propagandistas del krasnovismo a tratar de instaurar el relato de que quien pierde con esto es la ciudad, siendo que la ciudad ya viene perdiendo desde hace rato. Prueba de ello es el cuantiosísimo superávit, que es de más de 111 mil millones de pesos, es decir, 111 mil millones que dejaron de ejecutarse en la vigencia 2024, lo que a su vez revela un pobrísimo ejercicio de administración pública, pues tal cifra de dineros sin ejecutar jamás se había visto en Tunja.
Falta de ejecución que a su vez le ha significado escasas obras a la ciudad, así como incapacidad de funcionamiento en ciertas dependencias, y un notable estancamiento del desarrollo estructural, económico y social de la capital boyacense.
No con esto se está diciendo que para Tunja, ni para cualquier otra ciudad, sea conveniente tener dos alcaldes en cuatro años, pero la diferencia con que continúe Krasnov no va a ser mayor, pues la evidencia está a la vista, en una ciudad donde lo que más se celebra son unos reparcheos de escasa duración y una infinidad de promesas en el aire que ni proyectos tienen para sustentarse, ¿O acaso, cuál proyecto se vería truncado por la ausencia de Krasnov? ¿Cuál es plenamente de su autoría y depende de él por su indispensable aporte de gestión?
En cuanto a la resolución definitiva del caso de la demanda de nulidad electoral, una vez se presente el recurso de apelación, habrá que confiar en el rápido pronunciamiento del Consejo de Estado, que conoce esta demanda al derecho y al revés, básicamente, por el actuar tramposo y leguleyo de los defensores de Krasnov, que hicieron que el proceso llegase a manos del Consejo de Estado en medio de los asuntos a resolver en primera instancia o incluso antes de la admisión de la misma demanda, que en su momento fue inadmitida bajo causales absurdas en términos del derecho y del debido proceso, cosa que advirtió el Consejo de Estado.
Claro está que la confianza en el veredicto del Consejo de Estado no puede ser total, pues mucho se rumora en los círculos políticos de Tunja, que el hoy tan cercano gestor de la Boyacá Grande, el “omnipotente” Carlos Andrés, movería sus hilos ante el Consejo de Estado para torcer a favor de Krasnov la decisión final. Sí, el tan rechazado líder del Partido Verde, que tanto aborrecen las huestes y la fanaticada krasnovista, hoy es su mayor aliado.
La duda, más allá de los rumores de círculos políticos, se acrecienta todavía más por la extraña y clandestina visita que habría hecho uno de los magistrados, que terminó declarándose impedido en el manejo de la demanda contra Krasnov, visita que se habría dado aproximadamente las 11:30 de la noche del 4 de marzo, es decir, horas antes de que la opinión pública conociera sobre la decisión del Tribunal, la cual era conocida desde finales de la semana pasada por Krasnov y su círculo más cercano. Esta reunión, que se habría dado en el despacho del Alcalde, también habría contado con la participación de la esposa de un frustrado aspirante a la presidencia del Concejo de Tunja, razón misma que ha llevado a hilar sobre la factible cocción de “jugaditas” para tratar de torcer una decisión que se cae de su peso. Tendrá entonces que conocer la opinión pública las grabaciones de el pasillo que conduce al despacho del Alcalde en la referida noche. Afortunadamente, ya existen varios derechos de petición, presentados desde distintos sectores ciudadanos, para acceder a al registro audiovisual de la cámara de seguridad.
Valga decir que la decisión final, sea favorable o contraria a los intereses de Krasnov, un claro ganador en medio de esta situación será el Partido Verde, que ya ha empezado a pavimentar la campaña propagandística de John Carrero a la Alcaldía, quien al final del periodo 2024-2027, será quien podrá sacar pecho de las obras de pavimentación hechas desde Tierrasua, más allá de que los recursos provengan del bolsillo de la ciudadanía.
#Opinión #Tunja #Política
𝐄𝐧 𝐓𝐮𝐧𝐣𝐚 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞́𝐧 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐚 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨


Hace unos diez meses, aproximadamente, el secretario de Transparencia de la Presidencia de la República, se iba de Boyacá con un muy mal semblante, advirtiendo que “en Boyacá reina el miedo”. Hoy, cabe resaltar que Tunja, históricamente reconocida como remanso de paz, está perdiendo esa condición en manos de una administración que está cayendo en las más bajas prácticas de la intimidación, el acoso y el amedrentamiento.
Los oscuros manejos con el fin máximo de conservar el poder, a como dé lugar, han conllevado a que al interior de la Administración Krasnov se haya tomado la decisión de amenazar y dirigir mensajes intimidatorios en contra de funcionarios no solo de la Personería por adelantar las investigaciones que por funcionalidad le corresponden, sino en contra de los mismos funcionarios de la Administración Municipal.
Esa práctica intimidatoria, digna de mafiosos, paracos y traquetos, nunca antes vista en la capital boyacense, vino a hacerse común y frecuente en la Administración Krasnov, que no contenta con el ejército de bodegas al servicio de la calumnia, desprestigio y hostigamiento de los que resultan incómodos para el mensaje que hay que imponerle a la ciudadanía; ahora envían arreglos mortuorios y avisos funerarios a concejales, periodistas y funcionarios de organismos de control.
La relación de dicha práctica con la Administración Municipal, en cabeza de Mikhail Krasnov, es innegable, pues coincidencialmente, todos los que han sido víctimas de intimidaciones, anteriormente han resultado incómodos por sus cuestionamientos o por las labores investigativas que atañen a su respectivo oficio.
Este nivel de decadencia social, nunca antes visto en la ciudad, ni siquiera por parte de los corruptísimos alcaldes que la han gobernado en los últimos tiempos, deja muy mal parada a una administración de escasos resultados pero de excesivos motivos para su revocatoria, sumando ahora el de intimidar y amenazar a quien les resultan un obstáculo, como en cualquier régimen dictatorial que se precie de ello.
Es la “rússkaya” versión criolla, versión arcaica, diría Mikhail; con un alto grado de condimentos del paramilitarismo colombiano. Tunja, territorio de paz y tranquilidad, no puede sucumbir ante tan tristes y condenables prácticas que han manchado de sangre otros territorios de nuestro desangrado país.
Urge entonces el actuar de la justicia no solo para salvaguardar la integridad de quienes han sido objetos de estas aberrantes prácticas, sino para acabar de una vez por todas con el mandato de este aspirante a cabecilla paramilitar, que entre otras cosas, ha hecho un buen trabajo de adoctrinamiento entre sus fieles e ignorantes paraquitos de CPS, que van por redes acosando y sembrando cizaña y hasta difundiendo ideas de “eliminación” en contra de quienes les resultan una molestia.
Ya es hora de que Tunja vuelva a gozar de la tranquilidad y armonía que cierto profe de las mañas y el ardid le ha sabido arrebatar por su exceso de ambición de poder, por ese deseo enfermizo de imponernos su “traquerocracia”. Es hora de que los entes actúen, no sea que la noticia deje de ser el primer Alcalde en la historia de Tunja con declaratoria de nulidad de su elección, para pasar a ser el primer Alcalde en la historia de la ciudad con muertos encima.
#Opinión #Política #Boyacá
¿𝐏𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́ 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨 𝐚𝐥 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐨𝐥 𝐩𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐨?


"En Boyacá reina el miedo". Esta frase, pronunciada en abril del año pasado por Andrés Idárraga, secretario de Transparencia de la Presidencia, ha cobrado cada vez más fuerza cuando se habla de denuncias y veeduría sobre la administración pública. Y no es para menos: en los últimos años, el silencio se ha impuesto como norma, y el control político se ha convertido en una simulación conveniente para quienes ostentan el poder, especialmente en la Gobernación de Boyacá.
Lo más preocupante es que este miedo no solo afecta a ciudadanos y denunciantes, sino que parece haber alcanzado a quienes fueron elegidos por voto popular para representar a la gente. La Asamblea Departamental de Boyacá es el ejemplo más evidente: señalada desde hace años como un recinto donde la vigilancia es mínima y las expectativas de los boyacenses quedan en el aire. Aunque en este periodo han surgido más voces críticas, la aplanadora oficialista sigue inclinando la balanza a su favor, bloqueando cualquier intento de control real sobre la administración pública.
La situación más reciente ocurrió el pasado 1 de marzo, en la apertura de sesiones ordinarias. Sin mayor debate, la mayoría de la Asamblea rechazó dos proposiciones de control político: una para revisar la gestión del Hotel Hunza por parte de la Lotería de Boyacá y otra sobre la Dirección de la Unidad Especial de Asesoría y Defensa Jurídica del Departamento. No importaron los argumentos de los diputados que impulsaron la iniciativa. No importó la transparencia ni el derecho de los ciudadanos a conocer la verdad. Lo único que importó fue que el poder siguiera incuestionable.
Pero esta es la verdadera cuestión: el miedo que imponen no es sinónimo de fortaleza, sino de sus propias inseguridades. Durante años, su estrategia ha sido sembrar terror con amenazas veladas, marginar a quienes no se alinean con su agenda, manipular a los más necesitados y perseguir voces incómodas. Sin embargo, su mayor debilidad es que ese miedo solo funciona mientras la gente calla. Cuando se alza la voz, cuando se enfrenta sin temor, se derrumba la fachada de poder que han construido.
He visto muchas denuncias anónimas en redes sociales. También he visto cómo algunos prefieren la adulación antes que la crítica. Pero el silencio solo perpetúa el abuso. Es momento de exigir respuestas. Es momento de convertir la indignación en acción.
Porque el verdadero cambio no vendrá de una clase política complaciente. Llegará de una ciudadanía que decide no dejarse intimidar.
#Editorial
𝐀𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐮𝐛𝐢𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐚𝐜𝐭𝐞𝐫𝐢𝐳𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐲 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧


Es indudable que el despeje del espacio público en el Centro Histórico, además de ser necesario por temas de atención de emergencias, es un deseo popular y hasta podría asegurarse que mayoritario. Pero por más respaldo y deseo ciudadano que exista, el manejo de esta compleja situación social requiere de orden y sentido en la toma de decisiones, y especialmente requiere de planificación, así como de proyecciones a corto, mediano y largo plazo.
Se hace hincapié́ en esto de la planificación justamente porque no ha existido en lo más mínimo. La elección del Hoyo de la papa como alternativa para la reubicación de los vendedores ambulantes es prueba de ello, se hizo por simple descarte y comodidad pues no había en ese entonces, y no hay en este momento un estudio, medición o proyección alguna que constate el potencial de este espacio para fines comerciales.
Prueba de la falta de planificación del proyecto Hoyo de la papa como nueva sede del comercio informal es la respuesta que en su momento dio el alcalde Mikhail Krasnov, quien aseguraba que sería cuestión de un mes.
Lo cierto es que desde aquel entonces pasó cerca de un año, y más allá́ de un par de adecuaciones estructurales, no se hizo intervención alguna que repercuta en el atractivo de este espacio tanto para la ubicación de los vendedores como para la visita de los peatones.
El atractivo que tiene, para los trabajadores de la economía popular, la Calle 20 entre carreras 13 y 14, al respaldo del mencionado Hoyo de la papa, existe justamente porque es una zona de alto tránsito peatonal, cosa que no ocurre con el controvertido espacio elegido para la reubicación, pues no existe nada ahí que obligue al peatón a dirigirse a dicho lugar. Su acceso por la misma Calle 20, es desconocido y hasta considerado peligroso por los pocos que ciudadanos que lo conocen, mientras que la entrada que colinda con la Calle 21, es principalmente de tránsito de vehículos. Partiendo de esta base es difícil entender el porqué de la elección de este lugar, sin atractivo alguno hasta ahora, y sin un potencial de acceso de público, o cuando menos uno absolutamente bajo en comparativa con lo que ofrece la Calle 20, la 19, entre otras tantas que hoy están invadidas por el comercio informal.
La Administración Municipal tendría entonces que entender que antes que mudar a la fuerza a un amplio grupo de vendedores informales para garantizarles el hambre y el sufrimiento, lo que tendría que hacerse es potenciar el atractivo de este lugar e inducir el paso de peatones. Claro, si lo que se busca es una reubicación pacífica, sin traumatismos, duradera, y que tenga por fin, no solo mejorar la estética de las calles del Centro Histórico, sino a su vez garantizar oportunidades para todos.
Para hacer de este espacio algo atractivo, no hacen falta tampoco tantos esfuerzos, sino más bien voluntad de quienes dirigen los destinos de la ciudad, pues es cuestión de abrir oficinas de algún tipo de servicio o asesoría municipal, que conlleve al ciudadano, por una u otra razón, a visitar este espacio. Esos servicios podrían complementarse con oferta cultural, del ámbito local, a propósito de la falta de oportunidades y reconocimiento para los artistas de la ciudad.
Pero especialmente algo que con lo que debería contar este espacio es con un punto de información turística (PIT). Empezando porque, de existir estos PIT en Tunja, son desconocidos e invisibles para la misma ciudadanía tunjana, y ni se diga para los que visitan la ciudad. Así las cosas, se convertiría al Hoyo de la papa en un referente de partida o cuando menos de entrega de información para recorridos turísticos. A su vez se potenciaría la posibilidad de que los ciudadanos conozcan la historia que esconde el Puente del Topo y el mismo Hoyo de la papa.
Es importante también la caracterización de cada una de las personas que hoy están ocupando algún pedazo de las calles, principalmente peatonales, primero que todo para conocer al vendedor, su origen, su tiempo en el lugar, el tipo de producto que comercializa, su pertenencia o no a alguna de las cooperativas de vendedores informales, el potencial de su negocio y de sus conocimientos en aras de llevar a cabo procesos de semi-formalización, entre otra serie de información que se hace necesaria para buscar la salida más viable y concertada para ambas partes. A propósito de esto, el DANE viene realizando dicha labor como parte del Censo Económico, sería entonces prudente esperar a conocer los resultados de la caracterización que viene haciendo el DANE sobre los trabajadores de la economía popular, y a partir de esta información, empezar a planificar y a implementar medidas y proyectos que conlleven al despeje de las vías peatonales, así como a garantizar la subsistencia de cerca del 40% de la fuerza laboral de Tunja que depende de la informalidad. En un reciente informe de gestión el Alcalde dijo que se han caracterizado a 191 trabajadores de la economía popular, cuando se dice que hay cerca de 2.000. ¿No sería entonces más prudente esperar a conocer el trabajo hecho por el DANE para la toma de decisiones?
Caracterizarlos no permitirá solamente conocerlos mejor, y con ello acabar tanta estigmatización, señalamientos y hasta criminalización que se les ha querido endilgar por parte de indolentes e irresponsables sectores de la opinión pública, incluida la Alcaldía de Tunja, que ha encontrado en el desprestigio y la generación de odio el caballito de batalla perfecto para conseguir una reubicación que hasta ahora ha ido totalmente en contravía de los lineamientos planteados por el Gobierno Nacional para el abordaje de la problemática del desempleo, la subocupación y la informalidad.
Es que hasta hoy se ha llegado a decir de todo, pero no se ha probado mayor cosa. Se ha dicho por ejemplo que los trabajadores de la economía popular no tienen necesidad, sino que la fingen, pues se les señala hasta de ser dueños de varias casas y hasta de edificios, señalamiento no solo cargado de veneno, sino hasta ridículo, pues cualquiera que tenga en su poder un edificio, lo arrienda o lo vende, en vez de tostarse bajo el sol a diario por un supuesto exceso de ambición. Se ha dicho que son mafias organizadas, pero la opinión pública desconoce de cabecillas o líderes de tales “mafias”, que es a quienes se debería perseguir, en vez de hacerlo contra el eslabón más débil de la cadena.
Posiblemente existan casos de irregularidades o hasta de ilegalidades dentro de la impopular e indebida ocupación del espacio público, pero de existir, estos son apenas unos pocos casos, una excepción a la norma, pues lo que realmente existe entre la mayoría de los trabajadores de la economía popular es necesidad de llevar sustento diario a sus casas. Y ante la falta de oportunidades que ofrecen ciudades como Tunja, en donde continúa la escalada del desempleo, es absolutamente normal que muchos de quienes la habitan tengan que recurrir al rebusque para subsistir.
Les ha caído encima, a los vendedores informales, también el señalamiento de competir deslealmente ante el comercio formal, cosa que es parcialmente cierta, pues si bien en la calle no se pagan impuestos, salarios, y en muchos de los casos ni siquiera servicios, también habría que decir que la mayoría de las personas que hoy viven de la venta callejera, no tuvieron las mismas posibilidades de formación o las facilidades de emprendimiento que sí han podido tener muchos de los comerciantes formales. Asumir que todo el mundo tiene cómo alquilar un local, no solo es indolente, absurdo y un claro desconocimiento de las realidades sociales y económicas de los tunjanos, sino un completo despropósito en aras de potencializar las posibilidades de dinamización urbanística que tiene un territorio.
También es ilógico basarse en ese señalamiento xenófobo de que “los vendedores informales son extranjeros”, como hizo recientemente un concejal, que a su respaldo tenía un auditorio repleto de vendedores informales tunjanos; y buena parte de quienes quieren estigmatizar y satanizar sea como sea la labor de rebusque de estas personas. Habría que decir entonces que el Alcalde también es extranjero, aunque a él nadie lo está persiguiendo por eso.
Partiendo de ese punto, habría que decir que no todo vendedor informal tiene que ser removido de las calles peatonales, sino que existen ciertos casos en los que incluso es conveniente permitirles estar ahí, pues pueden potenciar la oferta cultural y turística de la ciudad. Pero para determinar quienes sí y quienes no, lo primero que corresponde es una caracterización y un consecuente plan de reubicación y dinamización de los espacios públicos del Centro Histórico. No se está diciendo con esto que se les deba permitir seguir donde están, todo lo contrario, la recuperación de los espacios, por donde se supone deberían poder transitar vehículos de atención de emergencias, es necesaria e innegociable, pero eso no implica que no se puede reubicar a algunos de los trabajadores de la economía popular en espacios como la pequeña plazoleta que existe en un tramo de la Calle 20 entre carreras 12 y 13, por poner un ejemplo.
Tendrán que comprender desde el lado de los trabajadores de la economía popular, que el asentamiento de puestos informales a la entrada de los negocios de quienes son formales, es una práctica dañina y desleal, por lo que no se puede permitir de ninguna manera. Ni hablar de la ocupación de las aceras peatonales en calles de prioridad vehicular, como la Carrera 11, que está infestada hasta de ventas de música pirata en anacrónicos CD’s. Tampoco tendría que permitirse de ninguna manera la comercialización de productos orgánicos, pues su carácter perecedero hace inviable, en términos de sanidad, la posibilidad de que este tipo de productos se comercialicen en el Centro Histórico. En estos casos, en el de los vendedores de frutas y verduras, el municipio debería propiciar la posibilidad de que estos comerciantes vendan otra cosa, orientarlos y capacitarlos para ello, pues ya está visto que la reubicación en las plazas de mercado no es viable en término de que se garanticen el mínimo vital, pues las plazas de mercado no aseguran el sustento diario para el comercio minorista.
En todo caso, lo que hay que dejar claro desde ya es que la “recuperación” del espacio público que se ha venido dando en el Centro Histórico, no solo es indolente, costosa y contraria a lo constitucional, sino que no ha surtido el más mínimo efecto y está destinada a fracasar, pues el hambre no entiende de estética de las calles, y cuando apremie, será absolutamente normal que los espacios públicos vuelvan a ocuparse, y con ello que vuelva a desatarse ese clima de hostilidad contra un grupo de personas que no es que quieran todo regalado como suelen endilgarles desde ciertos sectores, sino que quieren trabajar pero no los dejan hacer en condiciones que garanticen la subsistencia.